El jurista es un caballero que rescata vuestra hacienda de las manos de vuestros adversarios y se la guarda para sí.
Si no hubiera malas gentes, no habría buenos leguleyos.
El inglés se vanagloria de que su propiedad está asegurada, y todo el mundo confirmará que una razonable administración de la justicia es la mejor manera de asegurar su propiedad. ¿Para qué tantos leguleyos, sino para asegurar nuestra propiedad? ¿Para qué tanto expediente, sino para asegurar nuestra propiedad? No menos de cien mil familias viven en la opulencia, en la elegancia y en la comodidad, nada más que por asegurar nuestra propiedad.
Los abogados están siempre más dispuestos a poner a un hombre en un aprieto que a sacarlo de él.
Los hombres de leyes son esclavos de los vicios humanos, vendedores de palabras sin sentido, venales como el alma de Judas, que establecen su arte basándolo en las discordias entre hombre y hombre y, frecuentemente, de hermano y hermano o de padre e hijo.
En nuestra profesión de abogados, la buena fe es innecesaria..., yo diría que es incluso nociva... Impide ver claro el interés del cliente.
Me hice abogado, que es la carrera de los ricos tontos y de los pobres listos.
Es mucho más fácil cometer un parricidio que defenderlo.
Temed, desventurados litigantes, más que a los pleitos, a los abogados.
Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca.
¿Qué respuesta daríais a quien os preguntase: "Quieres caer mejor en manos de un médico o de un abogado?" La misma que a quien os intimase: "¡La bolsa o la vida!".
(Atribuído a H.P. BROUGHAM)
Si no hubiera malas gentes, no habría buenos leguleyos.
(C. DICKENS, The Old Curiosity Shop, cap. 56)
El inglés se vanagloria de que su propiedad está asegurada, y todo el mundo confirmará que una razonable administración de la justicia es la mejor manera de asegurar su propiedad. ¿Para qué tantos leguleyos, sino para asegurar nuestra propiedad? ¿Para qué tanto expediente, sino para asegurar nuestra propiedad? No menos de cien mil familias viven en la opulencia, en la elegancia y en la comodidad, nada más que por asegurar nuestra propiedad.
(O. GOLDSMITH, Citizen of the World, Letter XCVIII)
Los abogados están siempre más dispuestos a poner a un hombre en un aprieto que a sacarlo de él.
(O. GOLDSMITH, The good-natured man, acto III)
Los hombres de leyes son esclavos de los vicios humanos, vendedores de palabras sin sentido, venales como el alma de Judas, que establecen su arte basándolo en las discordias entre hombre y hombre y, frecuentemente, de hermano y hermano o de padre e hijo.
(F.D. GUERRAZZI, La battaglia di Benevento, XIV)
En nuestra profesión de abogados, la buena fe es innecesaria..., yo diría que es incluso nociva... Impide ver claro el interés del cliente.
(G. LEROUX, La Maison des Juges)
Me hice abogado, que es la carrera de los ricos tontos y de los pobres listos.
(A. PALACIO VALDÉS, Tiempos felices: Cómo se casó Izaguirre, III)
Es mucho más fácil cometer un parricidio que defenderlo.
(El prefecto EMILIO PAPINIANO al emperador Basiano Antonino, que mandó matar a su propio hermano y solicitaba al famoso jurisconsulto que defendiese su acto criminal. Aquellas palabras le valieron la muerte.)
Temed, desventurados litigantes, más que a los pleitos, a los abogados.
(L. PIGNOTTI, Favole: La pecora e lo spino)
Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca.
(Proverbio chino)
¿Qué respuesta daríais a quien os preguntase: "Quieres caer mejor en manos de un médico o de un abogado?" La misma que a quien os intimase: "¡La bolsa o la vida!".
(M.G. SAPHIR, Ausgewähtle werke, 177)
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