El tedio es una enfermedad del entendimiento que no acomete sino a los ociosos.
El tedio puede escuchar todas las voces tentadoras, tiene camino para todos los extravíos, y no hay aberración que en un momento dado no pueda servirle de espectáculo.
El hastío es la enfermedad propia de la gente dichosa; el desgraciado no se aburre nunca, tiene demasiadas cosas que hacer.
El hastío se origina bien de una debilísima conciencia de la existencia propia, que no puede impulsarnos a la acción, o bien de una conciencia excesiva, por la que advertimos la imposibilidad de actuar en la medida que querríamos.
El hastío es toda nuestra superioridad sobre los animales.
Todos los hombres son fastidiosos, excepto cuando los necesitamos.
El aburrimiento nació, cierto día, de la uniformidad.
El aburrimiento es la suprema expresión de la indiferencia.
El hastío es, en cierta manera, el más sublime de los sentimientos humanos.
Son menos nocivos a la felicidad los males que el aburrimiento.
El hastío es la más estéril de las pasiones humanas. Así como es hijo de la nulidad, es también padre de la negación, ya que no sólo es estéril por sí mismo, sino que esteriliza del mismo modo a cuanto toca o se le acerca.
Nos aburrimos porque nos divertimos demasiado.
Reunid a personas que se conocen bien y que llevan el mismo género de vida; jamás se aburrirán, aunque su vida sea aburrida. Para hallarla interesante les bastará contársela unos a otros.
Distraerse significa casi siempre cambiar de aburrimiento.
Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún género de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los días.
El hastío es una tristeza sin amor.
(C. ARENAL, La mujer del porvenir, V)
El tedio puede escuchar todas las voces tentadoras, tiene camino para todos los extravíos, y no hay aberración que en un momento dado no pueda servirle de espectáculo.
(C. ARENAL, La mujer del porvenir, V)
El hastío es la enfermedad propia de la gente dichosa; el desgraciado no se aburre nunca, tiene demasiadas cosas que hacer.
(A. DUFRESNE, Pensées, maximes et caractères, 12)
El hastío se origina bien de una debilísima conciencia de la existencia propia, que no puede impulsarnos a la acción, o bien de una conciencia excesiva, por la que advertimos la imposibilidad de actuar en la medida que querríamos.
(U. FOSCOLO, Epistolario, I, 127)
El hastío es toda nuestra superioridad sobre los animales.
(HELVETIUS, De l'esprit)
Todos los hombres son fastidiosos, excepto cuando los necesitamos.
(O. W. HOLMES, Autocrat of the Breakfast Table, I)
El aburrimiento nació, cierto día, de la uniformidad.
(A. LAMOTTE-HOUDARD, Fables)
El aburrimiento es la suprema expresión de la indiferencia.
(R. LEÓN, La escuela de los sofistas, V)
El hastío es, en cierta manera, el más sublime de los sentimientos humanos.
(G. LEOPARDI, Pensieri)
Son menos nocivos a la felicidad los males que el aburrimiento.
(G. LEOPARDI, Zibaldone, III, 229)
El hastío es la más estéril de las pasiones humanas. Así como es hijo de la nulidad, es también padre de la negación, ya que no sólo es estéril por sí mismo, sino que esteriliza del mismo modo a cuanto toca o se le acerca.
(G. LEOPARDI, Zibaldone, III, 383)
Nos aburrimos porque nos divertimos demasiado.
(H. MARET, Pensées et opinions, 18)
Reunid a personas que se conocen bien y que llevan el mismo género de vida; jamás se aburrirán, aunque su vida sea aburrida. Para hallarla interesante les bastará contársela unos a otros.
(H. RABUSSON, L'Illusion de Florestan)
Distraerse significa casi siempre cambiar de aburrimiento.
(C. RÉGISMANSET, Contradictions, 19)
Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún género de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los días.
(MME. DE STAËL, Corinne, XIV, cap. II)
El hastío es una tristeza sin amor.
(N. TOMMASEO, Pensieri morali)
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