A los hombres les es más fácil halagar que alabar.
Las vanas alabanzas tienen puerta franca en los oídos.
La adulación es un comercio de mentiras, basado, de una parte, en el interés, y de la otra, en la vanidad.
Nada te resulta tan peligroso como la adulación; sabes que te dice falsedades, y, sin embargo, crees en ellas.
A unos esclavos se les compra con dinero; a otros, con adulación. La moneda empleada en este tráfico es lo menos importante. La señal distintiva de la esclavitud es tener un precio y venderse por él.
La adulación más agradable es tener los mismos gustos que los otros.
¡Cuánto se parece la adulación a la amistad!
Vale más ser despreciado y saberlo, que vivir adulado y tenido siempre en desprecio.
Porque no sirvo para adular, ni hablar con claridad, ni sonreir a la cara de la gente, halagar, engañar y hacer trampas, doblarme con reverencias a la francesa y simiesca cortesía, he de ser tenido como un enemigo rencoroso.
J.P. Richter, Titan, Zykel, 34.
Las vanas alabanzas tienen puerta franca en los oídos.
M. de Roa, Vida de Dª Sancha Carrillo, lib.I, cap.VIII
La adulación es un comercio de mentiras, basado, de una parte, en el interés, y de la otra, en la vanidad.
C. Rollin, Histoire ancienne, II, 120.
Nada te resulta tan peligroso como la adulación; sabes que te dice falsedades, y, sin embargo, crees en ellas.
F. Rückert, Weisheit des Brahmanen, 5, 421.
A quien lisonjas desea,
sirve quien le lisonjea
más que quien le desengaña.
sirve quien le lisonjea
más que quien le desengaña.
J. Ruiz de Alarcón, Los pechos privilegiados
A unos esclavos se les compra con dinero; a otros, con adulación. La moneda empleada en este tráfico es lo menos importante. La señal distintiva de la esclavitud es tener un precio y venderse por él.
J. Ruskin, Crown of Wilde Olive.
La adulación más agradable es tener los mismos gustos que los otros.
J. Selden, Table-Talk: Pleasure.
¡Cuánto se parece la adulación a la amistad!
L.A. Séneca, Epistolae ad Lucilium, ep.XLV, sec 7
Vale más ser despreciado y saberlo, que vivir adulado y tenido siempre en desprecio.
W. Shakespeare, King Lear, acto IV, esc 1
Porque no sirvo para adular, ni hablar con claridad, ni sonreir a la cara de la gente, halagar, engañar y hacer trampas, doblarme con reverencias a la francesa y simiesca cortesía, he de ser tenido como un enemigo rencoroso.
W. Shakespeare, Richard III, acto III, esc.3
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