martes, 18 de diciembre de 2007

Efemérides día 18 de Diciembre.

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Onomástica: Esperanza Santoral Católico: Virgen de la Soledad

nerd

¿De dónde venía yo cuando tú me encontraste?

"¿De dónde venía yo cuando tú me encontraste?" -Preguntó el niño a su madre.

Ella, llorando y riendo, le respondió apretándole contra su pecho:

«Estabas escondido en mi corazón, como un anhelo, amor mío: estabas en las muñecas de los juegos de mi infancia, y cuando, cada mañana, formaba yo la imagen de mi Dios con barro, a ti te hacía y te deshacía; estabas en el altar, con el Dios del hogar nuestro, y al adorarlo a Él, te adoraba a ti; estabas en todas mis esperanzas, y en todos mis cariños.

»Has vivido en mi vida y en la vida de mi madre, tú fuiste creado siglo tras siglo, en el seno del espíritu inmortal que rige nuestra casa.

»Cuando mi corazón adolescente abría sus hojas, flotabas tú, igual que una fragancia, a su alrededor; tu tierna suavidad florecía luego en mi cuerpo joven como antes de salir el Sol, la luz en el Oriente.

»Primer amor del cielo, hermano de la luz del alba, bajaste al mundo en el río de la vida y al fin te paraste en mi corazón... Que misterioso temor me sobrecoge al mirarte a ti, hijo que siendo de todos, te has hecho mío, ¡Y que miedo de perderte!

»¡Así, bien apretado contra mi pecho! ¡Ay!
¿Qué poder mágico ha enredado el tesoro del mundo, a estos mis débiles brazos?»

"El Principio", Rabindranath Tagore (1861 - 1941)

He aquí otro de esos "minitextos" cargados no sólo de belleza poética, también de profunda sabiduría (infusa). Tagore nos habla de la Vida, "el tesoro del mundo" que fluye (emana) del "seno del espíritu inmortal".


¡Dios mío!, soy tu ayer y eres mi mañana...

«En los días de mi más remota antigüedad, cuando el temblor primero del habla llegó a mis labios, subí a la montaña santa y hablé a Dios, diciéndole:
-Amo, soy tu esclavo. Tu oculta voluntad es mi ley, y te obedeceré por siempre jamás.
Pero Dios no me contestó, y pasó de largo como una potente borrasca.

Y mil años después volví a subir a la montaña santa, y volví a hablar a Dios, diciéndole:
-Creador mío, soy tu criatura. Me hiciste de barro, y te debo todo cuanto soy.
Y Dios no contestó; pasó de largo como mil alas en presuroso vuelo.

Y mil años después volví a escalar la montaña santa, y hablé a Dios nuevamente, diciéndole:
-Padre, soy tu hijo. Tu piedad y tu amor me dieron vida, y mediante el amor y la adoración a ti heredaré tu Reino.
Pero Dios no me contestó; pasó de largo como la niebla que tiende un velo sobre las distantes montañas.

Y mil años después volví a escalar la sagrada montaña, y volví a invocar a Dios, diciéndole:
-¡Dios mío!, mi supremo anhelo y mi plenitud, soy tu ayer y eres mi mañana. Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo; juntos creceremos ante la faz del sol.
Y Dios se inclinó hacia mí, y me susurró al oído dulces palabras. Y como el mar, que abraza al arroyo que corre hasta él, Dios me abrazó.

Y cuando bajé a las planicies y a los valles vi que Dios también estaba allí.»

Khalil Gibran (1883-1931)


Extraordinario relato de K.Gibran, tanta profundidad en un relato tan cortito. Está en su libro "El Loco", con el subtítulo de, simplemente, "Dios". No refleja el conocimiento intelectual que yo poseo del concepto de Dios (coincidente en gran medida con el de Maimónides)... pero no queda lejano: el Presente, el instante fugaz e inaprehensible ("soy tu ayer y eres mi mañana"), una emoción poética de gran belleza y profundidad. Retrata Gibran con extraordinaria brevedad a los creyentes que no tendrán esa percepción de Dios: el esclavo obediente, el creacionista, el que espera ganar el Reino con amor y adoración... Ah, a veces uno se tropieza con textos increíblemente bellos y sabios.