martes, 8 de enero de 2008

Hermenéutica (extracto del nuevo NoteBook)

Por lo que a mí respecta, no deja de serme poderosamente curioso el hecho de que esta "arte-ciencia" de interpretación de textos (casi todos del ámbito sacro y, muy especialmente, de los bíblicos) tenga su origen etimológico en el dios Hermes, origen, a su vez, de la doctrina filosófica llamada Hermetismo... en fin, lo que se podría decir aquí con sólo los escasos elementos que acabo de nombrar, pero no es la cuestión; la cuestión es el anunciar que he puesto en el blog un nuevo NoteBook:

Hermenéutica, arte de interpretar textos para fijar su verdadero sentido. En un principio se utilizó en el estudio de la teología y se aplicó específicamente a la interpretación de las Sagradas Escrituras, pero su uso se ha ampliado desde el siglo XIX hasta abarcar las teorías filosóficas del significado y la comprensión, así como las teorías literarias de la interpretación textual.


Los teóricos de la hermenéutica del siglo XIX, como Friedrich Schleiermacher y Wilhelm Dilthey, entendían la comprensión como un proceso de reconstrucción psicológica, es decir, de reconstrucción, por parte del lector, de la intención original del autor. En este sentido, el texto es la expresión de los sentimientos de su autor y los intérpretes deben intentar ponerse en el lugar del autor para revivir el acto creador.


El problema de esta concepción es principalmente su exceso de fe en el género humano: presupone que todo el mundo tiene la misma capacidad para superar las dificultades que entraña todo proceso de comprensión. Se basa en la creencia de que es posible alcanzar una única interpretación correcta. Sin embargo, una visión algo más escéptica de la interpretación sostiene que no hay razones fundadas para emitir un juicio y por lo tanto se corre el riesgo de hundirse en la ciénaga del subjetivismo y el relativismo (el descubrimiento de que el conocimiento no es absoluto). El filósofo alemán Martin Heidegger y su discípulo Hans-Georg Gadamer describían este dilema como un círculo hermenéutico, en alusión al modo en que la comprensión y la interpretación, la parte y el todo, se relacionan de manera circular: para comprender el todo es necesario comprender las partes, y viceversa. Tal es la condición de posibilidad de toda experiencia y toda investigación humanas. Véase también Procesualismo.

Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.

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