martes, 8 de enero de 2008

Procesualismo (extracto del nuevo NoteBook).

Vaya nombrecito, ¿verdad?. Pues la verdad es que yo no sabía qué era eso hasta el día de hoy, lo que son las cosas, vaya...

Pero lo más sorprendente es, sin duda, la llamada Teología de Proceso... no sé, no sé... en principio resulta interesante, pero mi impresión es que está bastante errada sobre la naturaleza de Dios o de lo divino. Pero en fin, esto es sólo una impresión, pues hasta que no reflexione bien sobre la cuestión y sus implicaciones... bueno, pues hasta entonces no puedo tener una idea crítica con base y afianzada. Lo dejaremos para otra ocasión.

winking


Procesualismo o Filosofía del proceso, visión especulativa del mundo que afirma que la realidad básica está en constante proceso de flujo y cambio. De hecho, la realidad se identifica con un proceso puro. Conceptos como creatividad, libertad, innovación, emergencia y crecimiento son categorías explicativas fundamentales de la filosofía del proceso. Esta perspectiva metafísica se contrasta con una filosofía de la sustancia, la idea de que una realidad permanente y fija está por debajo del mundo cambiante y fluctuante de la experiencia común. Mientras que la filosofía de la sustancia recalca el ser estático, la filosofía del proceso acentúa el devenir dinámico.


Aunque la filosofía del proceso es tan antigua como el filósofo griego del siglo VI a.C. Heráclito, se renovó el interés por ella en el siglo XIX con la teoría de la evolución. Figuras claves en el desarrollo de la moderna filosofía del proceso fueron los británicos Herbert Spencer, Samuel Alexander y Alfred North Whitehead, los estadounidenses Charles Sanders Peirce y William James, y los franceses Henri Bergson y el teólogo Pierre Teilhard de Chardin. Progreso y Realidad: Un ensayo sobre Cosmología (1929) de Whitehead está considerado como la expresión sistemática más importante de la filosofía del proceso.


La teología contemporánea ha recibido una influencia muy intensa de las doctrinas relacionadas con la filosofía del proceso. El teólogo estadounidense Charles Hartshorne, por ejemplo, más que interpretar a Dios como un absoluto inmutable, recalca la relación sensible y solícita de Dios con el mundo. Un dios personal que entra en las relaciones de tal manera que Él resulta influido por las relaciones, y resultar influido por las relaciones es cambiar. Así, Dios también está en el proceso de crecimiento y desarrollo. Importantes contribuciones a la teología del proceso han sido elaboradas por teólogos como William Temple, Daniel Day Williams, Schubert Ogden y John Cobb, hijo.

Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.


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