Ole ha sido reconocido por el XVI Karmapa Rangjung Riqpe Dorje (autoridad espiritual de una de las escuelas más importantes del budismo tibetano), como un antiguo protector y lama del linaje Karma Kaqyu. Siendo muy joven meditó durante tres años en Los Himalayas. Posteriormente el Karmapa lo envió a Europa a impartir las enseñanzas budistas y ha fundado más de 500 centros del linaje Karma Kaqyu en todo el mundo. Es autor de media docena de libros traducidos en varios idiomas, visita los centros de meditación que ha fundado y transmite profundas enseñanzas como el Mahamudra "Gran Sello" y el Phowa traducido como el "morir consciente", que apuntan a la naturaleza de la mente.
Más de seiscientas personas nos reunimos en el Auditorio del Celarg en Caracas, y tuvimos el privilegio de escuchar al Lama Ole desde las 7 a las 11 de la noche. De su presencia solo puedo decir que de él se desprende una serenidad gozosa, fortaleza y energía, delicadeza y fuerza de espíritu y un agudo sentido del humor que me hizo sentir como si le conociera desde siempre. Su charla en inglés fue traducida al castellano con gran claridad y precisión por Dilia Navarro, una de las discípulas del Lama en Caracas. Trató de numerosos aspectos de la vida de Buda, enseñanzas y principios esenciales del budismo y se refirió a los problemas del mundo. Una de las afirmaciones sensibles de su conferencia, fue la recomendación de que cuando nos sintamos tristes y con tendencia a lamentarnos por situaciones personales, recordemos a los millones de seres humanos que mueren de hambre en África, y también pensemos en las mujeres que viven oprimidas y son irrespetadas en algunas culturas por causas religiosas.
De los conceptos escuchados, lo más relevante para mí, es la explicación de las causas del sufrimiento, el camino hacia la liberación y transformación mediante el desarrollo de la mente consciente. Buda comprendió que la principal causa del sufrimiento es la ignorancia, el no conocer la naturaleza de la mente y la impermanencia de las cosas. Cuando se acepta la transitoriedad de los fenómenos y se descubre que lo único real es la conciencia, "el libre juego de la mente ilimitada", la tendencia del ser humano de darle demasiada importancia a los pensamientos, sucesos y sentimientos, desaparece.
Lama Ole habló de que existe el mal, pero no un mal absoluto, pues una persona de la que solo se desprenda el mal recibiría el mismo mal con igual intensidad y fuerza, por tanto se autodestruiría. Las acciones perversas provienen de una ausencia de claridad y de amor. Todos los pensamientos, palabras y acciones que provienen del orgullo, la ira, la avaricia, el apego, la aversión y la envidia generan karma, una cadena de causas y efectos que producen dolor y daño a nosotros mismos y a los demás. Como consecuencia de comportamientos cargados de emociones perturbadoras se generan nuevos obstáculos, nuevos problemas según la ley de causa-efecto. En el libro de Lama Ole "Las cosas como son", se lee lo siguiente: "Esto cambia también la apreciación del sufrimiento en el mundo, y uno puede explicarse mucho de lo que le pareciera injusto si pensara que solo hay una vida, pues hasta que se reconozca la ley de causa y efecto, los actos de vidas pasadas determinan considerablemente las condiciones de cada nueva vida." El budismo nos muestra el camino para la liberación del sufrimiento, cuando se comprende la naturaleza ilusoria del ego y se entiende que todos somos mente ilimitada, lo que pasa es que no lo sabemos. Existe la posibilidad de lograr la iluminación, que consiste en permanecer sin esfuerzo y de manera consciente en el aquí y en el ahora, en la vivencia de unidad con todo. La naturaleza búdica, que es el potencial para la iluminación, está al alcance de todos los seres humanos si se comportan "conscientemente de otra manera". El Lama advierte que para evitar la propia infelicidad, el Buda aconseja evitar "las diez acciones dañinas: matar, robar, causar sufrimiento sexual, mentir, calumniar, hablar en forma disparatada, , hablar en forma brusca e hiriente, la codicia, la malevolencia y difundir conceptos erróneos." El Lama Ole se refirió a los distintos métodos que conducen a la comprensión y a la iluminación, tales como la meditación y el servicio desinteresado a los otros. A continuación, los asistentes realizamos una meditación guiada por el Lama, y al finalizar la mayoría de los presentes nos acercamos a él para recibir sus bendiciones y tomar Refugio en el buda, que significa encontrarse con la propia naturaleza búdica, inicio ritual del camino que establece un vínculo entre el discípulo y la sabiduría intemporal de un buda.
Agradezco profundamente al Lama Ole por esta oportunidad de escucharle y por su amorosa paciencia en la enseñanza a las personas de Venezuela. También a mi hija Lilian por haberme invitado. Estoy segura de que la senda del budismo es benéfica, no solo para cada uno de los discípulos que siguen sus principios éticos, sino para las comunidades en todo el mundo.
Centro de Budismo del Camino del Diamante en Caracas: La Floresta, teléfonos 0212 284 95 14; 0414 239 64 65
No hay comentarios:
Publicar un comentario