Mantener este tipo de relaciones implica el control de la eyaculación en el hombre y en la mujer.
Del tantra se ha dicho tanto, y tan poco cierto. Que si es una suerte de sexo en grupo o un "todos contra todos". Que si es una sexualidad con el único compromiso de la carne y cero alma. Todo falso. "Debemos destruir las falsas ideas sobre el sexo tántrico", advierte el psicólogo y sexólogo argentino Norberto Litvinoff.
"El tantra no es orgía, no es promiscuidad, ni es tener muchas o muchos amantes. Lo que pasa es que la gente no se da cuenta del contenido espiritual del sexo tántrico". A la divinidad se llega a través del placer. Por lo tanto, el placer es un camino, un puente, y no algo pecaminoso de lo cual avergonzarse.
Es, recalca Litvinoff, un peldaño: "La sexualidad tántrica permite llegar a una espiritualidad más alta". A las mujeres se les enseñaba que su gozo era malo, sucio, porque el coito era un acto que únicamente se practicaba para la reproducción. A los hombres se les inculcaba que su disfrute era lo más importante; que las hembras estaban allí para echar mano de ellas y no ocuparse de sus deseos o afectos. Así era, más o menos, la sexualidad del siglo XX. La del siglo XXI, en cambio, "se caracteriza por la unión de los contrarios. Los extremos se tocan. Lo que estaba separado, se une".
Las ideas sobre la supuesta superioridad masculina, la homofobia (rechazo a la homosexualidad), la transexualfobia (discriminación de las personas transexuales) e, incluso, el feminismo "están pasando de moda, porque se está formando una nueva sexualidad", asegura el especialista.
En este contexto, lo más importante es liberar la sexualidad de la idea del pecado "como es concebida por las tradiciones judía, musulmana y cristiana. Liberarla de conceptos como la culpa, el pecado original y la reproducción. Hay que buscar el arte, la serenidad, el estado de conciencia. Cuando se unen el yin y el yang (la dualidad mujer-hombre) todo está bien. Hay tiempo para la espera, para las caricias".
Uno de los grandes ataques contra el sexo tántrico, explica Litvinoff, es que lo han convertido en enemigo de la reproducción. "Pero lo cierto es que la reproducción se alejó de la sexualidad. Emerge una sexualidad que nace del encuentro entre Oriente y Occidente, del conocimiento científico de ambos lados".
Del fast sex al slow sex -¿Qué es, en suma, el sexo tántrico? -El tantra es una de las pocas técnicas que permite prolongar las relaciones sexuales sin disminuir el placer. Implica la fusión física y espiritual. Trabaja con el control de la eyaculación en el hombre y en la mujer, y el uso de esos jugos para mejorar como personas, como seres humanos. No se focaliza en el orgasmo.
Hay cuestiones sanitarias y filosóficas sobre la eyaculación. Filosóficamente, se supone que hay una energía, la fuerza vital, la libido, que se gasta en cada eyaculación; especialmente en el hombre, que debe fabricar los espermatozoides con regularidad.
-¿Qué pasa si no se eyacula?
-Todo lo que no se eyacula queda dentro, sería la gasolina o el motor para disfrutar más de la vida, ser más compasivos, más tolerantes. Esa sustancia que no va al exterior se recicla. Pero ¿qué se vive ahora? Los estudios muestran un avance de la eyaculación precoz, que es el fast food de la sexualidad. Tal parece que es más importante el cuánto, cuántos orgasmos tuviste, cuántos "polvos" te echaste, y no cuánto tiempo duraste con la pareja. Para la mujer es peor, porque está condenada a la insatisfacción y a la infidelidad.
-¿Es placentero el orgasmo sin eyaculación?
-Para el hombre es mucho más placentero el orgasmo sin eyacular, porque se produce un orgasmo interno. El músculo pubococcígeo tiene espasmos mucho más largos, profundos e intensos.
-La eyaculación femenina sigue siendo un tema controversial.
-La mujer tiene el punto G dentro de la vagina; ese punto G es una próstata rudimentaria, producto de cuando fue embrión. El punto G está en el techo de la vagina, donde hay glándulas que producen una especie de eyaculación. Pero, de nuevo, la cultura católica reprimió salvajemente esa eyaculación femenina. Una mujer que se moja mucho es vista como algo feo. El tantra juega un papel importante porque reivindica eso. El concepto de eyaculación hacia adentro, que defiende el tantra, es igual para la mujer.
-¿En el tantra se permite eyacular de vez en cuando?
-Se eyacula de vez en cuando.
Del tantra se ha dicho tanto, y tan poco cierto. Que si es una suerte de sexo en grupo o un "todos contra todos". Que si es una sexualidad con el único compromiso de la carne y cero alma. Todo falso. "Debemos destruir las falsas ideas sobre el sexo tántrico", advierte el psicólogo y sexólogo argentino Norberto Litvinoff.
"El tantra no es orgía, no es promiscuidad, ni es tener muchas o muchos amantes. Lo que pasa es que la gente no se da cuenta del contenido espiritual del sexo tántrico". A la divinidad se llega a través del placer. Por lo tanto, el placer es un camino, un puente, y no algo pecaminoso de lo cual avergonzarse.
Es, recalca Litvinoff, un peldaño: "La sexualidad tántrica permite llegar a una espiritualidad más alta". A las mujeres se les enseñaba que su gozo era malo, sucio, porque el coito era un acto que únicamente se practicaba para la reproducción. A los hombres se les inculcaba que su disfrute era lo más importante; que las hembras estaban allí para echar mano de ellas y no ocuparse de sus deseos o afectos. Así era, más o menos, la sexualidad del siglo XX. La del siglo XXI, en cambio, "se caracteriza por la unión de los contrarios. Los extremos se tocan. Lo que estaba separado, se une".
Las ideas sobre la supuesta superioridad masculina, la homofobia (rechazo a la homosexualidad), la transexualfobia (discriminación de las personas transexuales) e, incluso, el feminismo "están pasando de moda, porque se está formando una nueva sexualidad", asegura el especialista.
En este contexto, lo más importante es liberar la sexualidad de la idea del pecado "como es concebida por las tradiciones judía, musulmana y cristiana. Liberarla de conceptos como la culpa, el pecado original y la reproducción. Hay que buscar el arte, la serenidad, el estado de conciencia. Cuando se unen el yin y el yang (la dualidad mujer-hombre) todo está bien. Hay tiempo para la espera, para las caricias".
Uno de los grandes ataques contra el sexo tántrico, explica Litvinoff, es que lo han convertido en enemigo de la reproducción. "Pero lo cierto es que la reproducción se alejó de la sexualidad. Emerge una sexualidad que nace del encuentro entre Oriente y Occidente, del conocimiento científico de ambos lados".
Del fast sex al slow sex -¿Qué es, en suma, el sexo tántrico? -El tantra es una de las pocas técnicas que permite prolongar las relaciones sexuales sin disminuir el placer. Implica la fusión física y espiritual. Trabaja con el control de la eyaculación en el hombre y en la mujer, y el uso de esos jugos para mejorar como personas, como seres humanos. No se focaliza en el orgasmo.
Hay cuestiones sanitarias y filosóficas sobre la eyaculación. Filosóficamente, se supone que hay una energía, la fuerza vital, la libido, que se gasta en cada eyaculación; especialmente en el hombre, que debe fabricar los espermatozoides con regularidad.
-¿Qué pasa si no se eyacula?
-Todo lo que no se eyacula queda dentro, sería la gasolina o el motor para disfrutar más de la vida, ser más compasivos, más tolerantes. Esa sustancia que no va al exterior se recicla. Pero ¿qué se vive ahora? Los estudios muestran un avance de la eyaculación precoz, que es el fast food de la sexualidad. Tal parece que es más importante el cuánto, cuántos orgasmos tuviste, cuántos "polvos" te echaste, y no cuánto tiempo duraste con la pareja. Para la mujer es peor, porque está condenada a la insatisfacción y a la infidelidad.
-¿Es placentero el orgasmo sin eyaculación?
-Para el hombre es mucho más placentero el orgasmo sin eyacular, porque se produce un orgasmo interno. El músculo pubococcígeo tiene espasmos mucho más largos, profundos e intensos.
-La eyaculación femenina sigue siendo un tema controversial.
-La mujer tiene el punto G dentro de la vagina; ese punto G es una próstata rudimentaria, producto de cuando fue embrión. El punto G está en el techo de la vagina, donde hay glándulas que producen una especie de eyaculación. Pero, de nuevo, la cultura católica reprimió salvajemente esa eyaculación femenina. Una mujer que se moja mucho es vista como algo feo. El tantra juega un papel importante porque reivindica eso. El concepto de eyaculación hacia adentro, que defiende el tantra, es igual para la mujer.
-¿En el tantra se permite eyacular de vez en cuando?
-Se eyacula de vez en cuando.
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